Varias circunstancias han rodeado a la antigua villa de Santa María de los Lagos desde su fundación, el 31 de marzo de 1563 y a lo largo de su devenir histórico. Su ubicación geográfica en un punto central del llamado Camino Real de Tierra Adentro en su cruce con otros caminos. Además, pese a la aridez regional, el agua ha sido un elemento significativo en el mundo simbólico local pues, al arribar a la comarca, los europeos encontraron ríos muy caudalosos y limpios, una laguna, abundantes arroyos y manantiales, de ahí el nombre del sitio. Ese paisaje cultural pervivió hasta las primeras décadas del siglo XX, pero ha cambiado drásticamente. En descripciones de distintas épocas se hacen alusiones constantes a personajes oriundos del lugar que destacaron en varios ámbitos; a la personalidad de la sociedad pluricultural que la habitó; a rasgos de su tradición; a su identidad colectiva y a diferentes acontecimientos. Pero era necesario salirse de los lugares comunes ya establecidos para explorar la complejidad cultural de Lagos, para penetrar en el contenido social que está detrás de la significación y valores que los habitantes y visitantes le han otorgado a lo largo de su historia. En estas páginas los lectores interesados encontrarán nuevas miradas.